Hoy siento un gran dolor, pues me enteré que mi hijo fuma...
En primer lugar me siento preocupado por su salud pues yo viví en carne propia la lucha por dejar de fumar y sé lo difícil que puede ser. En segundo lugar me siento traicionado pues siempre pensé que había la apertura necesaria para comentar lo que fuera entre nosotros y ahora veo que me ocultó este hecho.
Por otro lado siento que he fracasado en guiarlo y fortalecer su voluntad para no ceder a la tentación y a la presión social.
También me siento decepcionado ya que hasta ahora creía que sus conocimientos eran lo suficientemente completos y avanzados para entender el daño que fumar causa y que iba a tener las estrategias adecuadas para evitar la presión de sus conocidos cuando le invitaran un cigarro o sencillamente desviar los esfuerzos de estos para poner su atención en otra cosa; como se dice comúnmente, darle la vuelta al asunto.
Me siento confundido pues de momento no sé como enfrentar la situación, ¿cómo hacerle entender que fumar aunque sea de vez en cuando es una mala decisión sin provocar un efecto opuesto? En estas edades los humanos piensan que las normas existen para poder saltárselas, así que, un exceso de prohibicionismo puede desencadenar un efecto rebote, es decir, que ocurra justo lo contrario.
Comenzaré por no negar que yo también fumé y todos en mi familia lo saben, intenté dejar el hábito de fumar por años, a veces lo dejaba por semanas o meses pero recaía después de algún tiempo.Yo dejé de fumar por respeto a la salud de mi hijo, antes de que el naciera ya me había hecho el propósito de dejar el cigarro recuerdo que tomé como pretexto el reto que la secretaría de salud en ese entonces había lanzado al publico ofreciendo un premio de 100 mil pesos a quien dejara de fumar pudiendo comprobarlo con una serie de análisis clínicos pero no fui electo para participar en el reto.
Pues bien cuando nació mi hijo no pude dejar el cigarro de inmediato; como dije antes es muy muy difícil deshacerse de ese hábito, fue su madre quien me apoyó reforzando constantemente mi voluntad al recordarme sin cesar que el fumar cerca de mi hijo o en la casa le afectaría sobremanera pues han de saber que mi hijo nació con dermatitis atópica la cual está ligada a algunas alergias leves.
Como decía durante los primeros meses de vida de mi hijo no pude dejar el cigarro, al principio me salía casi hasta la calle para fumar y como era un hábito muy fuerte sin darme cuenta comencé a fumar en el patio, luego en la sala y un día me di cuenta que estaba acostado sobre mi cama viendo la tele con mi pequeño a un lado durmiendo y yo FUMANDO! ese día todo cambió pues sentí como se me hubieran lanzado un balde de agua fría. Reaccioné de inmediato me levante súbitamente apagué el cigarro, ventilé la habitación y deje de fumar desde entonces.
Hoy me siento ofendido pues cuando el nació deje de fumar por respeto a el pero a la vez el me salvó de este mal hábito, y el que el ahora comience a fumar es como ignorar o subestimar la acontecido a su nacimiento.
Hoy quiero decirle a mi hijo:
- Si fumas afectas tu salud.
- Aún eres menor de edad y no debes fumar es contra la ley de protección al menor.
- Es mi responsabilidad como padre impedir que fumes por lo menos hasta que seas mayor de edad, después ya será tu decisión.
- No necesitas fumar para ser respetado por otros.
- Son falsos los estereotipos que otros se han formado en su cabeza de rebeldía, de importancia, de mayor madurez, etc. no te dejes influenciar por estos conceptos erróneos, el fumar no es elegante ni te da mayor importancia, ni eres ni pareces mas maduro.
- el cigarro no apaga la ansiedad solo la adormece y regresa con más fuerza.
La adicción al tabaco: un problema de salud adolescente en México
En México hay 14 millones de fumadores, de los cuales el 10% tiene menos de 18 años, según la Encuesta Nacional de Adicciones 2016 (ENA).
Las razones por las que los adolescentes inician el consumo del tabaco son principalmente dos: curiosidad e influencia. El 68.6% de los fumadores jóvenes aseguran haber iniciado su consumo por curiosidad y 24.1% por influencia de familiares y amigos, según la ENA.
En México el tabaco es considerado por la población en general como menos dañino que otras drogas como la marihuana, cocaína y alcohol. Sin embargo, su consumo a temprana edad no sólo produce enfermedades respiratorias, tumores, cáncer y problemas cardiovasculares, sino que aumenta las probabilidades de usar otro tipo de drogas en el futuro.
De los adultos que admiten haber consumido algún tipo de droga ilegal, como la heroína o cocaína, el 17% dijo haber iniciado su consumo de tabaco en la adolescencia.
Legislación insuficiente
La legislación para combatir el tabaquismo en México ha demostrado ser insuficiente, ya que a pesar de las restricciones para fumar en los espacios públicos cerrados y a las limitaciones en los espacios publicitarios, cada vez se fuma más y a edades más tempranas, afirmó Fernando Cano Valle, investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la UNAM.
De acuerdo con el especialista en neumología, el tabaquismo no es ni debe ser visto únicamente bajo una perspectiva médica, porque se trata más bien de un problema social que aparece cuando la educación, la legislación y la medicina preventiva han fallado al proporcionar información oportuna.
“Se convierte en un problema médico hasta que se llega a la adicción a la nicotina, o por las enfermedades relacionadas a su consumo o inhalación”, explicó. Por ello, destacó la necesidad de formar y capacitar personal del área de la salud para combatir la adicción al tabaco desde la medicina preventiva, y no desde la curativa, como se ha venido haciendo.
“Hay que enseñar las consecuencias desde la edad preescolar y no en la adolescencia, ya que no todos llegan a esos grados escolares; bien poco se puede hacer si en nuestro país tenemos 32 millones de personas que no han terminando la primaria, 7 millones de analfabetas, e insuficiente información sobre el tabaquismo en los libros de texto”.
El también ex director del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias y de la Facultad de Medicina de la UNAM, agregó que el tabaquismo es la primera causa de mortalidad prevenible en el mundo, pues no sólo afecta a los fumadores, sino también a los que están a su alrededor.
La prevención inicia en el núcleo familiar
Una de las mejores formas de prevenir la adicción a la nicotina entre adolescentes es precisamente mediante el ejemplo familiar, pues en los hogares en los que el cigarro es permitido las probabilidades de que los menores inicien su consumo aumentan.
“Un padre que fuma en su casa no puede pretender que su hijo no vaya a fumar, pues lo está induciendo al consumo del tabaco. Se debe crear la conciencia en toda la familia de cuál es el origen de la producción de estos productos y las consecuencias como enfermedades crónicas y agudas que genera” afirma el doctor Francisco López Antuñano, presidente de la Alianza contra el Tabaco (ACTA).
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